El Centro Cristiano Evangelístico (CCE) nació en el año 1998 después de
algunos meses de oración bajo el ministerio del pastor Luis Rolando Cañas. Dos
años más tarde fue afiliado al concilio de las Asambleas Pentecostales de Canadá
(APDC), del cual forma parte hasta el día hoy. Durante estos 25 años, la
congregación se ha fortalecido y ha contribuido al desarrollo de la iglesia hispana
en Canadá.

A lo largo de su existencia, el CCE desarrolló sus actividades en diferentes
locales que han marcado etapas en su caminar. Después de reunirse en hogares
compartió un local comercial con una congregación haitiana. Esta etapa favoreció
el desarrollo del primer grupo de alabanza, el establecimiento de la escuela
Dominical, y el desarrollo del servicio de adoración. Más tarde se trasladan las
reuniones a la Iglesia presbiteriana St-Luc, al Este de la ciudad de Montreal
donde alquilaba su santuario para celebrar su servicio principal los días
sábados. Durante estos años, la congregación aprueba su afiliación a las
Asambleas Pentecostales de Canadá, contribuye financieramente con misioneros
en el extranjero, apoya la obra hispana del concilio en las ciudades de Ottawa,
Trois-Rivieres y Greenfield Park entre otras.

La segunda década de trabajo de la congregación, está marcada por una
nueva mudanza. Esta vez, a la que ahora es su casa, su propio templo en Lachine,
al Oeste de Montreal. Esto marca una nueva y emocionante etapa. Además, se
adapta el nombre de la asamblea reflejando mejor la identidad actual de la
congregación: Centro Cristiano Latinoamericano (CCL). Apenas unos meses
después de haber inaugurado su local, la pandemia de Covid-19 golpea Canadá y
el templo tiene que ser cerrado. Sin embargo, gracias a la inspiración divina ya el
Centro Cristiano Latinoamericano contaba con la tecnología necesaria para
poder compartir el mensaje del Evangelio a través de las plataformas de Facebook
y YouTube. También, establece un período de oración de manera virtual el cual
se mantiene activo desde el 2019.

A través de sus programas actuales, el CCL contribuye con la comunidad
latinoamericana recién llegada a Canadá, transmitiéndole fe y ayudándole a
comenzar una nueva vida llena de esperanza. Por fin, gracias a las transmisiones
virtuales, el CCL puede llevar el mensaje del Evangelio más allá de las fronteras
canadienses y llegar a lugares nunca antes alcanzados.